Laboral
A nivel nacional, Querétaro es el sexto estado con más generación de empleos
Al cierre de agosto, Querétaro registró un crecimiento de 5.6 por ciento, en términos anualizados, en generación de empleo formal, acorde a los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Este porcentaje coloca a la entidad en el sexto lugar nacional de entre los estados con la mayor generación de puestos de trabajo en el último año.
El mayor crecimiento se dio en el estado de Quintana Roo, con 8.1 por ciento; le siguen Nayarit, con 7.9 por ciento; Tabasco, con 6.5 por ciento; Baja California Sur, con 6.2 por ciento; Campeche y Querétaro, con 5.6 por ciento.
En contraparte, el estado de Tamaulipas tuvo una contracción de (-)0.1 por ciento; Sonora y Zacatecas, con 1.3 por ciento: Michoacán, con 2.1 por ciento; Chihuahua, con 2.2 por ciento; y Baja California, con 2.3 por ciento.
A nivel nacional, en el último año, se registró un aumento de 760 mil nueve puestos de trabajo, equivalente a una tasa anual de 3.6 por ciento; de ellos, un 73.9 por ciento corresponde a empleos permanentes, el resto son temporales.
En lo que respecta al salario promedio nacional, al cierre de agosto de 2023, se reportó una cotización promedio de 535.5 pesos diarios, que representan un crecimiento anual nominal de 10.6 por ciento, el segundo más alto en los últimos 22 años tomando en cuenta solamente los meses de agosto.
Laboral
La CROC de Isaías González Cuevas: cuando un sindicato deja de defender y comienza a traicionar
La CROC, encabezada por Isaías González Cuevas, atraviesa una crisis que ya no puede ocultarse con discursos públicos ni propaganda sindical. Lo que en algún momento pretendió ser un organismo de defensa laboral, hoy está señalado por los propios trabajadores como una estructura que prioriza el beneficio político, el control interno y el negocio antes que la representación genuina. Las denuncias de empleados cansados de guardar silencio revelan una realidad preocupante: la CROC actúa sin consultar, sin informar y sin tomar en cuenta a quienes debería proteger.
En diferentes centros de trabajo, compañeros han denunciado que la dirigencia firma contratos colectivos sin convocar a asambleas, sin presentar los términos y sin permitir la participación democrática mínima que exige la ley. Esta práctica —que debería escandalizar a cualquier defensor laboral— parece ya un método habitual en la operación de Isaías González Cuevas. No se trata de errores aislados, sino de un modelo de actuación que reduce al trabajador a una figura decorativa mientras las decisiones se negocian en oficinas cerradas.
Las consecuencias son claras: los trabajadores quedan atrapados en contratos que no escogieron, con cláusulas desconocidas y compromisos que jamás aprobaron. La CROC presume representarlos, pero lo único que hace es utilizarlos como excusa para legitimar acuerdos diseñados para beneficiar a las dirigencias, no a la base. Un sindicato que actúa así no solo traiciona su misión; traiciona a su gente.
El liderazgo de Isaías González Cuevas es uno de los más cuestionados en el panorama sindical nacional. Su permanencia prolongada, sus alianzas políticas y su interés por aparecer como figura indispensable han provocado un muro de desconfianza entre los afiliados. La distancia con la base es enorme: los trabajadores nunca lo ven, nunca lo escuchan y, cuando la CROC aparece en sus centros laborales, suele ser para imponer, no para dialogar.
Testimonios recientes indican que la dirigencia croquista se ha convertido en una maquinaria de imposiciones. En lugar de promover el voto libre y directo, opta por decisiones verticales, tomadas desde la cúpula. Los empleados relatan que, al cuestionar estas prácticas, son ignorados, minimizados o presionados para guardar silencio. La estructura sindical opera como si la base no existiera, salvo para cobrar cuotas o inflar cifras de representatividad.
La pregunta retumba entre los trabajadores: ¿cómo confiar en un sindicato que decide a tus espaldas? ¿Cómo creer en una organización que no consulta, no informa y no rinde cuentas? La CROC parece vivir en un mundo aparte, donde las prioridades no son los derechos laborales, sino las alianzas políticas que benefician a su liderazgo. Y cuando un sindicato olvida a su gente, deja de ser defensor laboral y se convierte en negocio. Eso es exactamente lo que denuncian los trabajadores: una organización más preocupada por mantener influencia que por garantizar justicia laboral.
Laboral
COREMEX y la simulación de la democracia sindical
Asambleas controladas, elecciones sin competencia y ausencia de transparencia marcan la gestión interna del sindicato.
En teoría, COREMEX debería funcionar bajo los principios de representación democrática que establece la Ley Federal del Trabajo. En la práctica, sin embargo, las elecciones sindicales se han convertido en actos meramente simbólicos. Fuentes internas afirman que las asambleas se convocan con poca anticipación, en horarios laborales y con listas previamente definidas de “representantes aprobados”. Este control absoluto impide cualquier competencia real y perpetúa la permanencia de los mismos dirigentes año tras año.
Los testimonios de trabajadores de diferentes empresas coinciden: los comités locales actúan como extensiones del liderazgo central, sin independencia ni rendición de cuentas. Quienes intentan cuestionar la forma en que se toman las decisiones enfrentan represalias directas. “Presenté una propuesta para crear un fondo de apoyo a mujeres trabajadoras y me dijeron que esas ideas no eran prioridad”, comenta una afiliada que posteriormente fue reasignada a un puesto sin relevancia.
El resultado es un sindicato sin debate, donde las decisiones fluyen en un solo sentido. Las actas de asamblea rara vez se entregan a los afiliados, y la información sobre el manejo de las cuotas o las negociaciones contractuales permanece bajo llave. Todo esto contradice los principios de transparencia y democracia sindical impulsados por la reforma laboral de 2019, cuyo espíritu buscaba justamente erradicar este tipo de prácticas.
COREMEX, con su estructura cerrada y jerárquica, encarna la resistencia a la modernización del sindicalismo mexicano. La falta de transparencia y la ausencia de renovación interna han erosionado su legitimidad frente a los trabajadores, quienes cada vez más identifican al sindicato no como un aliado, sino como una estructura de control político y económico.
Laboral
La CROC ignora las nuevas reglas del sindicalismo mexicano
Critican que la organización se resiste a los cambios que garantizan democracia interna.
Mientras otras organizaciones evolucionan, la CROC permanece atrapada en dinámicas rígidas y desactualizadas.
Los especialistas aseguran que la central no ha implementado procesos que garanticen elecciones auténticas.
Trabajadores expresan frustración por la falta de mecanismos participativos.
La resistencia al cambio profundiza el distanciamiento entre el sindicato y su base.
-
Industriahace 3 semanasEn los últimos meses, COREMEX ha intentado posicionarse como una supuesta alternativa
-
Uncategorizedhace 3 semanasMiguel Meneses González enfrenta creciente rechazo por abusos de COREMEX en Lerma
-
Laboralhace 3 semanasLa CROC ignora las nuevas reglas del sindicalismo mexicano
-
Laboralhace 3 semanasCROC vuelve a fallar: contratos firmados sin consultar a sus trabajadores
-
Justiciahace 4 semanas“Queremos cuentas claras”: empleados del Monte de Piedad piden investigar a Arturo Zayún
-
Laboralhace 4 semanasContratos a espaldas del trabajador: la CROC y su maquinaria de simulación laboral
-
Laboralhace 2 semanasCOREMEX y la simulación de la democracia sindical
-
Economíahace 7 díasMontepío Luz Saviñón impulsa el emprendimiento con apoyo financiero responsable
