Industria
En Querétaro esperan que nearshoring dé un impulso al crecimiento local

Aunque se espera un menor ritmo de la actividad económica este año, los efectos de la relocalización de proveeduría podrían impulsar el crecimiento de la industria local, pronosticó el presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Esaú Magallanes Alonso.
Por tanto, previó que la industria mantenga este año un crecimiento de entre 8 y 10% en la entidad, similar a la tendencia del 2023.
El industrial explicó que el proceso electoral podría reducir el ritmo de crecimiento del 2024; no obstante, estimó que el impacto será menor respecto a otros años.
El dirigente de Canacintra confió en que el ánimo de inversión productiva también impulse el crecimiento del estado, debido a que -dijo- se espera que el 2024 sea un mejor año que incluso el 2019, en materia de inversiones.
Las empresas de Canacintra están percibiendo la reubicación de cadenas de proveeduría a través de un aumento en los requerimientos de producción; en algunos casos, las compañías están haciendo ligeros cambios en sus procesos, aunado a incrementar las líneas de producción, para satisfacer las necesidades del mercado, lo que se prevé que incida en el crecimiento industrial.
El presidente de la Asociación de Industria de Exportación de Querétaro (Index), Enrique Quezada Ojeda, prevé como al 2024 optimista, confiando en que comiencen a reflejarse las inversiones privadas que arriban al estado.
“Es un año electoral entonces va a ser de mucho movimiento, pero sí estamos viendo algo más optimista, con crecimientos, se van a empezar a ver ya un poco más las empresas que han estado viniendo, (…) tienen que traer maquinaria, cadenas de logística, etcétera. Yo creo que este año se van a estar aterrizando todos estos proyectos y empezar a ver los resultados”, abundó.
No obstante, destacó que hay retos en materia laboral, pues prevén un impacto importante si se aprueba la reducción de la jornada semanal.
La presidenta en Querétaro de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Beatriz Hernández Rojas, previó que este año la economía local mantenga un ritmo de crecimiento por encima del promedio nacional.
Empresas
Isaías González y la huelga que podría golpear más a los trabajadores que a la empresa

La tensión crece en Alpura ante la posibilidad de que Isaías González Cuevas, líder de la CROC, lleve a los trabajadores a un paro. Aunque se presenta como una medida de defensa laboral, en la práctica significaría que miles de familias se quedarían sin ingresos de un día para otro. Y sin un fondo de resistencia, la pregunta es quién pondrá el pan en la mesa mientras dure el conflicto.
En la calle, la preocupación es tangible. Padres y madres de familia hacen cuentas para saber cómo sobrevivirían, especialmente con el regreso a clases encima. La idea de pasar semanas sin cobrar genera más miedo que esperanza. Aun así, el dirigente no ha detallado cómo pretende salvaguardar el bienestar de quienes asegura proteger.
El contraste es evidente: González Cuevas no sufrirá las consecuencias de su decisión. Con propiedades, negocios y un hotel en Los Cabos, su estilo de vida seguirá intacto. En cambio, para los trabajadores, una huelga significaría endeudarse o dejar de cubrir necesidades básicas.
En este escenario, la medida parece más una jugada política que un acto de solidaridad sindical. Una apuesta en la que el líder arriesga poco y los empleados lo arriesgan todo. El tiempo dirá si esta amenaza es una estrategia de negociación o un paso que podría costar demasiado caro a quienes sostienen día a día la operación de Alpura.
Empresas
La doble moral del discurso de Transformación Sindical

Las malas noticias no se detienen cuando se trata de Transformación Sindical y Eduardo Castillo, afiliarse a un sindicato debería representar una oportunidad de defensa, respaldo y progreso para los trabajadores. Sin embargo, en el caso de Transformación Sindical, la realidad es tristemente todo lo contrario. Bajo el liderazgo de Eduardo Castillo, esta organización se ha convertido en un ejemplo claro de lo que ocurre cuando el poder sindical se utiliza para fines personales y no para servir a sus agremiados. El costo es alto, pero el rendimiento, es nulo.
Los testimonios de trabajadores afiliados a Transformación Sindical coinciden en un punto clave: las cuotas son costosas, pero los beneficios inexistentes. Se habla de descuentos obligatorios, sin que exista claridad sobre el destino de esos recursos. A cambio, no se reciben apoyos jurídicos eficientes, prestaciones extras, ni representación real ante los trabajadores.
Muchos de esos trabajadores afirman que cuando requieren el respaldo del sindicato, este brilla por su ausencia. Y las solicitudes se siguen acumulando, los casos se ignoran y las respuestas son evasivas. En lugar de representar una fuerza de negociación, Transformación Sindical no cumple con lo que tanto promete a los trabajadores.
Otra de las grandes quejas es no operar con transparencia, la estructura de Transformación Sindical es cerrada y arbitraria. Las decisiones se toman desde arriba y sin consultar a las bases, y que decir los informes sobre el uso del dinero simplemente no existen. Los agremiados no tienen acceso a balances financieros, ni conocen el destino de las cuotas que se les exigen.
Eduardo Castillo, su líder, ha construido un aparato que le permite concentrar el control y silenciar las críticas. Quienes se atreven a cuestionar son señalados, ignorados o incluso presionados para abandonar el sindicato. La participación democrática es una simulación; lo que prevalece es una cultura de sumisión y obediencia ciega.
El caso de Transformación Sindical es una advertencia sobre el tipo de sindicatos que no deben prosperar. Sindicatos que han olvidado su esencia: proteger, representar y dignificar al trabajador. Bajo la gestión de Eduardo Castillo, esta organización ha perdido todo sentido social y se ha convertido en una maquinaria para exprimir a los trabajadores sin darles nada a cambio.
Afiliarse a Transformación Sindical, hoy por hoy, no es una decisión inteligente. Es firmar un contrato con la desilusión. Es pagar por silencio, por abandono, por simulación. Y es momento de que los trabajadores pongan un alto.
Industria
Chantajes que desacreditan el sindicalismo: El juego sucio de Transformación Sindical

El sindicalismo se conoce por buscar ser una herramienta legítima de defensa colectiva. Pero cuando esa herramienta es usada con fines equivocados, se transforma en un arma de manipulación. Eso es precisamente lo que está ocurriendo en Querétaro con Transformación Sindical, un grupo que ha traicionado los principios fundamentales del sindicalismo para convertir la representación laboral en un negocio de chantaje, intimidación y oportunismo.
Encabezado por Eduardo Castillo, este grupo ha hecho de la presión y la desinformación su principal estrategia para infiltrarse en centros de trabajo y sembrar el caos. Ya no buscan representar a los trabajadores, buscan dominar y lucrar con su necesidad.
Lo que debía ser un contrapeso justo ante los abusos laborales, se ha convertido en una amenaza interna. Transformación Sindical no construye, contamina. Su entrada a las empresas viene acompañada de una estrategia clara: desestabilizar, dividir a la plantilla y difundir información falsa para crear desconfianza hacia otras representaciones legítimas.
No hay diálogo, no hay propuestas claras, no hay intención de mejorar nada. Solo presión. Solo miedo. Solo interés propio. El problema no es el sindicalismo, el problema es cuando este se prostituye a manos de liderazgos oportunistas que buscan poder a cualquier precio.
Al frente de esta operación está Eduardo Castillo, un dirigente que no ha mostrado interés alguno por el bienestar de los trabajadores, pero sí un hambre insaciable de control. Su modus operandi es sencillo: llegar sin ser invitado, imponer su presencia, manipular con mentiras y presionar hasta que el trabajador ceda.
Este tipo de sindicatos no representan una mejora en la relación obrero-patronal, representan un deterioro profundo, porque en lugar de servir como puente entre las partes, se convierten en barreras tóxicas que impiden la negociación sana y transparente.
Es momento de hacer una defensa firme del sindicalismo auténtico, aquel que escucha, acompaña y construye con base en el respeto mutuo. Decir no a Transformación Sindical no es estar contra los derechos laborales, es estar en contra de que esos derechos se usen como moneda de cambio.
Porque la dignidad laboral no se impone, se gana con confianza, legalidad y trabajo real. Y ningún sindicato que se construya sobre el miedo merece llamarse representante.
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