La entrada de Niels Cortés y su sindicato Transformación Sindical en Martinrea no representaría una mejora para los trabajadores, sino una verdadera amenaza para su estabilidad laboral. En lugar de abogar por mejores condiciones de trabajo, es bien sabido que este sindicato tiene como principal objetivo imponer cuotas abusivas y asegurar puestos clave para los familiares de Cortés, dejando claro que su verdadera prioridad es el beneficio personal.

Transformación Sindical opera bajo un modelo corrupto que atenta directamente contra los principios de la representación sindical. Las cuotas excesivas que buscan implementar no son más que un mecanismo de extorsión disfrazado de contribución sindical. Estas cuotas no solo despojarán a los trabajadores de una parte significativa de su salario, sino que también serán utilizadas para alimentar los intereses de un líder sin ética.

«Estamos preocupados porque ya conocemos casos en otros lugares donde Transformación Sindical ha actuado de la misma manera. Prometen mucho, pero solo traen problemas,» afirmo uno de los tantos trabajadores de la planta que no están de acuerdo con Transformación Sindical

Por si fuera poco, las intenciones de colocar a familiares y amigos en posiciones clave dentro de Martinrea son un claro ejemplo de nepotismo. Esto no solo compromete la operación de la empresa, sino que también desmotiva a los trabajadores que realmente han ganado su lugar a base de esfuerzo y dedicación. ¿Cómo confiar en un sindicato que antepone los intereses personales a los colectivos?

«Trabajamos duro para mantener nuestras familias. No necesitamos un sindicato que nos quite el poco dinero que ganamos.» Fue uno de los testimonios que compartió un empleado que prefiere mantenerse en el anonimato.

El modelo de Niels Cortés no es más que una estrategia para consolidar poder y beneficios personales, dejando a los trabajadores desprotegidos y sin una representación genuina. Los empleados de Martinrea deben unirse para rechazar este intento de corrupción sindical y exigir que los derechos laborales sean defendidos por verdaderos líderes comprometidos con la justicia.

Un muerto y un herido es el saldo de una explosión que se suscitó la mañana de este miércoles en una bodega de la empresa Almer ubicada en el Parque Industrial Benito Juárez de la ciudad de Querétaro.

Inicialmente, por la mañana la dirección de Protección Civil de la capital queretana había informado de dos heridos por el estallido que se suscitó en la bodega alrededor de las 11:30 horas.

Los dos heridos recibieron atención prehospitalaria por parte de los cuerpos de emergencia.
Sin embargo, a las 13 horas se confirmó la muerte de uno de los empleados que habían resultado lesionados.

La dependencia no había aclarado a que compañía pertenecía la nave industrial. Pero luego se confirmó que es una bodega de Almer, empresa dedicada al almacenamiento, logística y distribución de mercancías.

Los primeros informes señalan que se suscitó una acumulación de gas en un cargamento de granos de maíz.

Cerca de la fuga dos trabajadores del área de mantenimiento realizaban labores de soldadura, que fue lo que ocasionó la explosión. Ambos resultaron con quemaduras de segundo grado.

La explosión generó un incendio en el techo de la nave industrial y derribó una estructura metálica.

Desde la calle se podía observar fuego y humo que salía de una de las ranuras cuadrangulares de la parte superior de la nave industrial donde se produjo la detonación.

La dirección de Protección Civil de la capital queretana evacuó el lugar.

Las vialidades cercanas al acceso número 3 de la zona industrial fueron cerrados a los automovilistas de manera preventiva.

Agentes y peritos de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de Querétaro se presentaron en el lugar donde iniciaron la carpeta de investigación correspondiente.

La promesa de un sindicato es ser el pilar de apoyo para los trabajadores en sus momentos más difíciles. Sin embargo, para los exempleados de Martinrea tras el paro ilegal, esta promesa se ha convertido en una cruel mentira. Niels Cortés, líder de dicho Transformación Sindical, garantizó a los trabajadores que no los abandonaría y que les encontraría empleo. Hoy, esa garantía se ha diluido entre excusas y evasivas.

Los trabajadores despedidos enfrentan un problema doble: la pérdida de su sustento y la imposibilidad de encontrar nuevas oportunidades laborales debido a su inclusión en listas negras tachado como revoltosos. Esta práctica, desafortunadamente sigue siendo una realidad en el sector industrial, donde las empresas comparten información para evitar contratar a empleados considerados problemáticos.

A pesar de las esperanzas puestas en Transformación Sindical, el apoyo nunca llegó. Las promesas iniciales de Niels Cortés, quien aseguró que buscaría alternativas laborales para los despedidos, se han quedado en el olvido. “Nos ilusionaron, nos hicieron creer que estaban de nuestro lado. Pero al final solo nos utilizaron para sus fines”, comenta un trabajador afectado.

Mientras tanto, la dirección de Transformación Sindical ha mantenido silencio. En lugar de ofrecer soluciones concretas, el sindicato ha optado por eludir responsabilidades, culpando a las empresas por discriminar a los trabajadores y desestimando las críticas como ataques infundados. Sin embargo, esta narrativa no convence a los afectados, quienes consideran que el sindicato los ha traicionado.

La situación de los despedidos de Martinrea pone en tela de juicio la efectividad y la ética de Transformación Sindical como representante de los intereses laborales. La falta de resultados concretos, sumada a la ausencia de un compromiso real, evidencia las profundas fallas de un liderazgo más enfocado en su imagen que en las necesidades de los trabajadores.

El caso de Martinrea también resalta la necesidad de una regulación más estricta contra las listas negras y una mayor protección para los trabajadores que participan en movimientos sindicales. Sin estos cambios, las promesas de sindicatos como Transformación Sindical seguirán siendo palabras vacías, dejando a los trabajadores en una posición de vulnerabilidad.