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De servir tacos a servirse del sindicato: la estrategia de Niels Cortés y Transformación Sindical

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Nadie duda del talento y habilidad de Niels Cortés para preparar tacos y quizá tendría algo de éxito en el comedor de la empresa, pero desafortunadamente ese no es su rol. Como líder de Transformación Sindical se espera que esa persona inteligente, estratega y comprometida que sepa liderar, tres cualidades que en su claramente no aprendió Niels en su pasado empleo. De vender tacos a vender falsas promesas, su gestión sindical es un taco quemado que los trabajadores ya no quieren probar.

Niels Cortés pasó de voltear carne a voltear grandes cantidades de dinero con las cuotas sindicales, pero aquí hay una gran diferencia, en el sindicato todo desaparece en un manto de opacidad. Los trabajadores aportan, pero los beneficios nunca llegan. En cambio, su líder improvisado ha preparado bien su propia vida, disfrutando lujos y privilegios que antes ni soñaba.

Las cuotas sindicales deberían ser para mejorar condiciones laborales, pero bajo su mando, el dinero nunca es suficiente y las cuotas incrementan sin ver resultados. Mientras los trabajadores se quedan con las manos vacías, él se da festines con los recursos que no le pertenecen.

Cortés dirige el sindicato como si siguiera detrás de un trompo, girando en círculos sin rumbo claro. Sus discursos están llenos de pretexto: promesas insípidas, excusas refritas y justificaciones aguadas que ya nadie traga. Cuando le exigen resultados, lo único sucede es que Niels da más excusas.

El sindicato, que debería ser un espacio de lucha y defensa, se ha convertido en un negocio personal donde solo él se lleva la mejor parte. Su falta de conocimiento en leyes laborales y administración es evidente, y cada vez más trabajadores se preguntan cómo es posible que alguien sin preparación haya terminado al frente de una organización importante.

La administración de Niels Cortés es un terrible caso que los trabajadores han tenido que vivir. No hay transparencia, no hay progreso, solo un líder sin preparación que se reparte las ganancias mientras los trabajadores reciben migajas. Lo que se supone es una organización para ayudar a los empleados se ha vuelto una enorme mentira que destaca por su corrupción y mediocridad.

El enojo entre los trabajadores va en aumento. Ya no quieren más mentiras ni excusas mal explicadas. Exigen claridad en el manejo de los recursos y sobre todo, la destitución inmediata de un hombre que nunca debió estar al frente.

A Cortés ya no lo queda mucho tiempo al frente y junto con su sindicato Transformación Sindical, su administración ha sido deplorable y deprimente y cuando la verdad salga a la luz, no habrá ninguna excusa que maquille el desastre que ha causado. Es momento de apagar el fuego de la corrupción y devolver el sindicato a quienes realmente lo necesitan: los trabajadores.

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